
No se puede ignorar lo que ya se
vio, se nos queda grabado, impreso en alguna parte del cerebro, hablando en
sentido físico, lo demás, como las conversaciones con los amigos nos parecen
aburridos, la música “mainstream” nos deja ver que esta pre-fabricada para
gustar y distraer, las fiestas son solo un distractor más de lo que realmente
importa y por más que queramos regresar a ser quienes éramos, la conciencia
pateara duro, donde duele, hará que sueñes lo que debes hacer y apenas te
equivoques, no te dejara en paz.
Es entonces cuando notas con que convicción
pintan las paredes con la sangre de los fieles y los buenos, con que ego muelen
plantas para teñirse el pelo, y como van destruyendo poco a poco todo lo que debería
de importar para imponer lo que no importa nada.
El mundo arranca su conteo
regresivo, los que están en este camino del ideal se comienzan a unir, mientras
en el mundo vive este sentimiento gregario de fiesta y falsa camarería, se
percibe esta transición a nuevas leyes, a una nueva era, la tierra también se
adaptara una nueva conciencia.
Comienza un nuevo despertar y
afortunadamente un servidor se siente listo, a la espera nada más de tomar la
mano de su acompañante y observar a salvo y apaciblemente el principio del fin.
ANEXO CULTURAL:
“Duel” El primer largometraje de
Steven Spilberg, es una película que te mantiene en suspenso todo el tiempo, aunque
fue solo para telefilm, su trabajo hablo suficientemente bien de el como para
generar más adelante verdaderas joyas del cine.
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