jueves, 26 de mayo de 2011

MEDITACION


Él dijo:
Es imposible ligarse a la vez a las cosas mortales y a las cosas divinas, los más allegados a lo material y carnal verán mas lo mortal, los más allegados a lo divino verán pues más cosas divinas; debes escoger pues hijo mío lo uno o lo otro, una vez tomada una decisión lo abandonado se manifiesta en la energía de lo otro, eligiendo lo mejor se obtiene una magnifica recompensa, y se demuestra además la clara búsqueda de Dios.

Una pregunta hecha a El:

¿Por qué es que escoge mal el hombre?, si dicho así las cosas son tan claras! ¿Por qué es que caemos señor una vez más con la misma piedra?

Él respondió:

El mal no viene de Dios, si no de nosotros que lo preferimos en vez del bien, cuando a alguien se le indica el camino del bien, muchas veces por orgullo y la idea de una falsa libertad, este ignora todas las señales, tan claras como sean, el ego del orgullo le obliga a buscar una falsa libertad. Se vuelve pues una mala elección, la ruina del hombre, la elección pues del ego, de la falsa libertad y de los placeres de la carne.

Otra pregunta hacia El:

¿Cómo señor, puedo saber cómo son estas señales?, ¿Cómo puedo evitar querer en el ego en lugar de la voluntad?

Él respondió:

Las señales llegan por designio divino, las busques o no, pero eres tú siempre quien clama por ellas, las vez, las escuchas, son respuestas a tus preguntas, en la adivinación, la kabbalah o el cielo, son la respuesta a lo que clamas por saber, más aun si son venidas en virtud de meditación u oración, debes ser presto y hacer caso, no como ocioso peregrino que desagrada a Dios, interceptando y pasando por todos los caminos, solo pasando por el mundo, sumergido en la falsa libertad y los placeres de la carne. El ego, deja de ser ego una vez que identifica las señales de Dios y en el sigue su camino, pues en ellas esta lo que de Dios proviene y no tenemos más que apresurarnos a tomarlo, así tu voluntad no será contraria a la suya.

Surgiría otra pregunta entonces:
¿Qué hago entonces señor mío para perder esta debilidad? ¿Qué hago para entrar en el camino del bien?

ÉL respondió:

En verdad te digo que es difícil dejar las cosas del presente, las mismas que nos llevan siempre a tomar senderos primitivos, que nos conducen a los mismos errores. Las apariencias nos encantan, el auto-engaño nos encanta, la falsa libertad fascina a la mujer, el celo domina al hombre, y nada de esto conduce a Dios. Tomar una cruz y seguir no es sencillo, es el camino al bien, pero no es el nacimiento del bien mismo, el bien mismo no es visible, a diferencia de lo malo que lo puedes ver y está ahí al descubierto, mientras que el bien está oculto, no tiene forma ni figura, solo se parece a sí mismo y es diferente a lo demás, el bien es único, unitario, el bien es amor al ser y al ser amado.

Nacía pues una pregunta más:

No comprendo… ¿cómo es el bien unitario y a la vez es amor al ser amado?

Él respondió:

Unitario, unión, unidad, dos son uno, la unidad es el principio de toda raíz, principio y raíz que hay en todas las cosas, el amor es el principio de todas las cosas, Dios es el amor y principio de todas las cosas, la unidad es con Dios, el amar es con Dios, el amor es con Dios.

La última pregunta surgió, puesto que el tiempo parecía terminarse:

Yo quiero ser con Dios, yo quiero amar! ¿Pero qué hago si lo que amo me rechaza?

Él suspiro, comprendio y dijo:

Todo es la unidad, la unidad contiene todos los números y no está contenida en ninguno, los engendra a todos y no es engendrada por ninguno, toda cosa engendrada es imperfecta, lo imperfecto es susceptible al aumento o la disminución, mientras que lo perfecto no sufre de estas reglas. Todo cuanto es susceptible a aumentar, aumenta por la unidad y sucumbe bajo su impotencia cuando no cuenta con ella. Es ahí donde la imagen de Dios es contemplada, si tu atentamente miras dentro de tu corazón y la comprendes con los ojos del mismo, créeme que encontraras el camino a la ascensión, siendo la contemplación de la misma una virtud que atrae todo como el imán que atrae el hierro.

Hubo preguntas en el ser, pero no fueron ya hechas por que sabe que muchas de las mismas se contestaran al entender todas estas respuestas, al encontrar el amor y hacerlo nacer, al encontrar la unidad y utilizar la virtud de la contemplación.